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"El tren está de regreso": Presidente de la ANI

(Foto: Luis Fernando Julio).

Los colombianos tenemos con los trenes una emoción contrariada. Nostalgia, al pensar, por ejemplo, en la epopeya del Ferrocarril de Antioquia, que desafió con sus rieles y vagones las escarpadas montañas e impulsó la industrialización del noroccidente del país.

Pero también un sentimiento de frustración. Resulta dramático que de la ambiciosa noción de Ferrocarriles Nacionales de Colombia, que carburó en 1954, no quedara sino un turístico y bucólico Tren de la Sabana. Todas las imágenes de vagones, estaciones imponentes y locomotoras veloces figuran referidas a Europa, Estados Unidos y Asia.

Y qué decir de proyectos como el que, a lo largo de 11.000 kilómetros de rieles, une a Chongqing (China) con Hamburgo (Alemania), devolviendo la mítica Ruta de la Seda, pero esta vez cargada de computadores HP.

Por eso, de todas las acciones positivas que viene llevando a cabo la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), relacionadas con los cuatro modos de transporte que le competen, la resurrección de los ferrocarriles me conmueve de una manera especial.

La situación actual del tren en Colombia es deplorable. De un total de 3.300 kilómetros de vías férreas en el país, tan solo 700 de la red férrea están en real operación. Estaciones abandonadas y precarias se dispersan a lo largo de rieles inciertos, ofreciendo el aspecto de ruina de una película fantasmal.

La estrategia de la ANI, que obedece a instrucciones del presidente Juan Manuel Santos, está dividida en tres fases.

La primera fase consiste en la recuperación de los corredores existentes con mayor potencial. El pasado 25 de septiembre se adjudicó la licitación pública para rehabilitar los corredores del Ferrocarril Central, de La Dorada, en Caldas, a Chiriguaná, en el Cesar, y de Bogotá a Belencito, en Boyacá. Estos tramos tienen una longitud total de 875 kilómetros. En esta misma semana también logramos acordar un plan de recuperación con los nuevos accionistas del Ferrocarril del Pacífico, con el objetivo de restablecer servicios regulares entre el Eje Cafetero y Buenaventura. Esperamos tener trenes circulando en estos tres tramos para finales del año entrante.

Para la segunda fase, a través de asociaciones público-privadas, vamos a continuar las inversiones en estos corredores para lograr mayores velocidades, mayor capacidad de carga y la migración gradual a trocha estándar. Ya estamos trabajando en el desarrollo de estos proyectos con tres proponentes: Sociedad Portuaria de Santa Marta, Mariverdo y Sofca.

En la tercera fase operarán de nuevo las asociaciones público-privadas para la construcción de nuevos tramos, como el Ferrocarril del Carare, entre Belencito y Barrancabermeja; el corredor Chiriguaná-Dibulla, en La Guajira; el tramo entre Cúcuta y Acapulco, así como los túneles entre Ibagué y Armenia para conectar el Ferrocarril del Pacífico con el Ferrocarril Central.

Como bien lo ha dicho el presidente de la república, Juan Manuel Santos, Colombia está viviendo una revolución en la infraestructura de transporte. Esta revolución requiere un gran compromiso presupuestal del Estado.

Por eso, los ciudadanos nos demandan el máximo cuidado para que la inversión de estos recursos se lleve a cabo en forma ética y transparente. Ese es el compromiso de este gobierno. Y demanda de los ciudadanos fe en un mejor país, el sentido profundo del valor de los sueños y la certeza propia del legado que dejaremos a generaciones futuras.

El tren ha regresado para emprender un largo viaje: el del futuro.

Luis Fernando Andrade M.
Presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI)

Autor: 
Luis Fernando Andrade, presidente ANI.
Fecha de Publicación: 
30/09/2013
Año publicacion: 
2013
Mes publicacion: 
09

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