(Foto: Doble calzada en variante Chicoral en el Tolima. Concesión Girardot - Ibagué - Cajamarca).

Por Luis Fernando Andrade*

Pocas contribuciones al mejoramiento de la infraestructura vial de Colombia han generado tanta esperanza y frustración como las dobles calzadas, que se han convertido en un símbolo de progreso y modernidad de nuestro país.

La gran mayoría de los colombianos se entusiasma al ver los avances en las vías. Pero también sienten frustración. Surgen dudas: ¿Por qué tenemos pocas vías en doble calzada?; ¿por qué se construyen tan despacio y tienen tantas discontinuidades?; o, ¿cómo eliminar la corrupción, tan tristemente evidenciada en casos como el del "carrusel de la contratación" en Bogotá?

Desde que el Presidente Juan Manuel Santos me asignó la responsabilidad hace dos años de liderar la Agencia Nacional de Infraestructura, me propuse encontrar la respuesta a esas inquietudes y desarrollar, en conjunto con el equipo del Ministerio de Transporte, un programa para ponernos al día en el desarrollo de las dobles calzadas.

Cuatro cifras resumen lo que encontramos. Primero, que al inicio de este Gobierno solo teníamos 800 km de dobles calzadas, principalmente en el Valle del Cauca y en algunos accesos de las grandes capitales. Segundo, que necesitábamos cuadruplicar la vías en doble calzada para cubrir las necesidades del país, estimadas en 3.500 km. Tercero, que en la década pasada se construyeron a un ritmo muy lento 60 km por año. Cuarto, de continuar a ese ritmo, terminaríamos  de construir los 2.700 km de dobles calzadas restantes en el 2055.

El país no puede esperar tanto. Por eso, consideramos necesario desarrollar un modelo que nos permitiera acelerar el ritmo de construcción de dobles calzadas, ajustado a las realidades presupuestales. La buena noticia es que logramos definir ese modelo.

Primero, tuvimos que hacer cambios legislativos para eliminar las barreras  que obstaculizan los proyectos, para generar incentivos para construir más rápido y para combatir la corrupción.

En paralelo, desarrollamos un portafolio de proyectos, bien estructurado, que se pudiera ejecutar mucho más rápido y sin los inconvenientes del pasado. Por eso desarrollamos el más ambicioso programa de inversiones en la historia del país, conocido como las concesiones de Cuarta Generación (4G). Este programa contempla más de 40 proyectos en los principales corredores viales de Colombia. Busca construir dobles calzadas y mejorar las especificaciones de 8.000 km en estos corredores, para reducir los tiempos de desplazamiento y mejorar la seguridad. Queremos, por ejemplo, que una familia que vaya de Medellín a Cartagena  lo pueda hacer en 30% menos tiempo, en condiciones óptimas de seguridad.

Los resultados se están viendo. Hemos logrado acelerar el ritmo de construcción en los proyectos ya contratados. Pasamos de construir 60 km por año en la década pasada a cerca de 300 km este año. A este ritmo, llegaremos a los 3.500 km de dobles calzadas en el 2020.

Hemos iniciado las licitaciones del programa 4G. Después de dos años de preparación desarrollamos un programa considerado como uno de los más grandes, mejor estructurados y más transparentes en el mundo. Por eso es que las mayores empresas de Colombia y del mundo están participando en los procesos de contratación. Estos proyectos son la clave para mantener el ritmo de construcción a 300 km por año en la segunda mitad de esta década.

Estamos transformando la infraestructura vial del país. Al finalizar esta década podremos viajar a otros países y sentirnos orgullosos de la modernidad de nuestras autopistas.

* Presidente Agencia Nacional de Infraestructura – ANI.