El balasto es el material (piedra triturada, grava, cenizas, etc.) que se ubica sobre las terracerías compactadas para dar apoyo y estabilidad a las traviesas, y las mantiene alineadas y niveladas, haciendo posible el alineamiento, nivelación y elevación de la vía o bien la renovación de las traviesas sin afectar el lecho. Cuando el espesor del balasto y el proceso constructivo es el adecuado, este proporciona un soporte firme y uniforme a las traviesas, y distribuye por igual la presión causada por el peso y el empuje de los trenes que transitan por la vía.
Tomado: Agencia Nacional de Infraestructura, Figura 1. Perfil transversal – vía férrea[CAEG1]
Un parámetro muy importante es el ancho de vía o trocha, que corresponde a la distancia entre las caras internas de los rieles, medida 14 mm por debajo del plano de rodadura en alineación recta, que en Colombia se mide a 10 mm; esta medida caracteriza el camino de circulación de los trenes y limita el tipo de material móvil que se puede transportar por la vía y condiciona posibles conexiones con otros ferrocarriles.
Tomado: Agencia Nacional de Infraestructura, Figura 2. Perfil longitudinal – vía férrea
En nuestro país la red férrea está construida en trocha angosta, y las únicas líneas férreas construidas con trocha estándar es la del Metro de Medellín y el Ferrocarril del Cerrejón. Es importante señalar tres tipos de trocha:
Tomado: Agencia Nacional de Infraestructura
La elección del ancho de vía es una de las decisiones más importantes a la hora de proyectar una nueva línea, donde es importante tener en cuenta, entre otros, la posibilidad de enlace de la nueva línea con otras existentes, tanto en el país como en los países vecinos, y en lo posible la primera opción sería adoptar el mismo ancho que el de la línea o líneas más características del entorno. En caso contrario, entran en juego los aspectos económicos, la relación costo/beneficio, que decidirá finalmente cual debe ser la trocha recomendada.
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